Aun duele que te fueras Candy

Este día se cumple un año que nos dejó Candy, una princesita que conquisto nuestro corazón, dio calidez en nuestro hogar, nos dio tanto amor, que por siempre nos hará falta.



Su bella sonrisa nos conquistó, su carácter adorable con que llego y se impuso a sus hermanitos, incluyendo al humano

Fue un bellísimo trio, donde ella decidía que y como deberían comportarse, fue como una mami para ellos, los hizo amarla y respetarla, aun la buscan en aquel rincón donde siempre estuvo su cama.

Nos acompañó con sus ronquidos, jamás nos dejaba solos, si salíamos del cuarto su compañía era todo el tiempo, al grado que alguna vez nos tropezamos y estuvimos a punto de caer con tal de no lastimarla.

Era simplemente imposible dejar de acariciarla, le agradaba tanto y a nosotros nos mejoraba cualquier mal día. 

Era tan dulce y siempre le procuramos que no pasara frio, tenerla cómoda cuando tenía un mal día con su cadera y piernas doloridas, pero nada le impedía levantarse para acompañarnos a donde fuera que estuviéramos.

Fue una compañía de día y de noche, siempre nos hizo sonreír, llego a sufrir debilidad de sus patitas traseras, no escuchaba bien, y quizás no veía tan bien como pensábamos, de esto nos dimos cuenta cuando comenzó a nadar en el cuenco del agua repentinamente, y debíamos correr a secarla, ya que después corría emocionada y mojaba todo a su paso.

Nos hizo ser una familia simplemente maravillosa.



NOS HACES FALTA Y SIEMPRE SERA ASI

 Te dicen que no llores.

Te dicen que es sólo un perro, no una persona.
Te dicen que el dolor pasará.
Te dicen que los animales no saben que tienen que morir.
Te dicen que lo importante es no hacerle sufrir.
Te dicen que puedes tener otro.
Te dicen que te pasará.
Te dicen que hay dolores más insoportables.
Pero no saben cuántas veces has mirado a tu perro a los ojos.
No saben cuántas veces has sido tú y tu perro solos mirando la oscuridad.
No saben cuántas veces fue tu perro el único que estuvo a tu lado.
No saben que el único que nunca te ha juzgado es tu perro.
No saben cuánto miedo tuviste la noche en que te despertaron sus lamentos.
No saben cuántas veces durmió tu perro cerca de ti.
No saben cuánto has cambiado desde que el perro se convirtió en parte de tu vida.
No saben cuántas veces lo abrazaste cuando estaba enfermo.
No saben cuántas veces has fingido no ver cómo su cabello se volvía cada vez más blanco.
No saben cuántas veces le has hablado a tu perro, el único que escucha realmente.
No saben lo hermoso que eras para tu perro.
No saben que solo fue tu perro el que sabía que estabas sufriendo.
No saben qué sentimientos te hizo probar tu perro.
No saben lo que se siente al ver a tu perro anciano esforzándose para ir a saludarte.
No saben que cuando las cosas iban mal, el único que no se fue es tu perro.
No saben que tu perro confío en ti cada instante de su vida, incluso en el último.
No saben lo mucho que tu perro te ha amado y lo poco que le bastaba para ser feliz, porque a él le bastabas tú.
No saben que llorar por un perro es una de las cosas más nobles, significativas, verdaderas, limpias y sinceras que puedes hacer.
No saben acerca de la última vez que lo moviste con dificultad ... teniendo cuidado de no lastimarlo.
No saben lo que sentiste al acariciar su cara en los últimos momentos de su vida...

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